“Al zurdo de mierda no le podés dar ni un milímetro, porque lo usan para destrozarte. No se negocia con esa mierda”. Esta cuña la emanó un topo infiltrado dentro del propio estado cuyo objetivo es destruirlo porque para él, es un abuso que este mantenga a una casta que solo se beneficia a sí misma. Este topo tiene características bien claras como el agua cristalina que se desliza desde la cordillera: la tonalidad azul de sus ojos es igual a las aguas frías del polo sur y, su pelo negro y frondoso es una especie de peluca roquera de la década del 80. Su nombre y apellido son fáciles de pronunciar e identificar, ya que no solo su aspecto físico sobresale, sino además es disruptivo en la manera en cómo comunica, cuya efectividad es tal que hoy porta la primera magistratura del país: hablamos de Javier Milei.
El Topo Milei es economista y cuenta con postgrados en economía, fue catedrático por largos años y ha sido escritor de varios libros; sin embargo, su principal debilidad -o su gran fortaleza- son sus escasas capacidades políticas en el sentido cotidiano, porque no pertenece al “establishment”, siendo un outsider. Esto significa que está afuera de lo tradicional. Agregar que tiene un excelente marketing personal, y su efectividad es envidiable para muchos políticos de carrera, dado que logró conectar con ciudadanos comunes que están hastiados de la política y carentes de herramientas académicas.

Diversos analistas han intentado explicar la llegada del: “peluca Milei” al poder, y aunque la historia es reciente y aún se sigue escribiendo, hay ciertas luces sobre por qué el topo logró infiltrarse. El escenario político y social en Argentina está en agonía, la institucionalidad de los argentinos está en permanente crisis porque a diferencia del resto de la región, no hay ningún proyecto país y además existe una escasa estabilidad institucional y económica. El desastre es grave al punto que sectores medios han sido afectados: en el 2023 el país tenía cerca de un 140% de inflación interanual, una de las más altas de los últimos 20 años.
Las elecciones mostraron señales que la población tuvo la voluntad de cambiar a pesar del miedo (DEMATTEI). En ese periodo, cerca del 35% de las personas trabajaba de manera informal. El apoyo que recibió el topo fue amplio, no solo en los sectores más desfavorecidos.
El marco de la sociedad argentina es a través del movimiento político peronista, el cual se centra en propagar discursos populistas que alimentan tanto a la izquierda y a la derecha. Al ser esta especie de columna vertebral se convierte en motor polarizante de la sociedad y, por tanto, es la causa por la cual el topo quiso infiltrase: porque es la fuerza que debe socavar y disolver al Estado.
Si comparamos esta realidad con la chilena, no hay punto de comparación. Si bien en Chile tampoco existe un proyecto país diáfano (qué queremos y cómo hacerlo), no existe esta columna equivalente al Peronismo que alimente al populismo de forma sistemática. Otra diferencia clave es que, aunque en nuestro país hay una escasa conexión de los partidos políticos, la ciudadanía no está totalmente polarizada, sólo sus elites lo están.
La victoria de Milei fue un cimbronazo político, una sacudida violenta e inesperada. La evidencia está en que Argentina siendo un país federalista, no consiguió ningún gobernador propio, (DEMATTEI), solo obtuvo tres intendentes de su partido (lo que vendrían siendo alcaldes en Chile) y alcanzó un 15 % en la Cámara de diputados y un 10 % en el Senado. ¿Cómo se explica su triunfo?
El triunfo holgado del topo Milei radica en el buen producto de marketing personal y político que es dado que salió de los marcos convencionales preestablecidos. Su esencia deja huellas tanto en sus fanáticos y sus detractores, ya que al comunicar de manera fácil, entendible y disruptiva genera sentido común: si establishment no es capaz de subsanar las crisis, alguien debe tomar el timón y virar el rumbo.
Su fisonomía física es crucial para su performance. Su estatura de casi un metro ochenta le da imponencia, mientras que su pelo (que parece una peluca) y su vestimenta con chaquetas de cueros son signos intencionales de rebeldía que lo alejan del clásico economista formal, posicionándolo como un rockstar. En la parte comunicacional, domina el lenguaje y los tiempos televisivos, usa las redes sociales de forma eficaz y todo acto público lo transforma en un show del más alto nivel.
En su campaña presidencial se rodeó de jóvenes que lo ayudaron a armar un arsenal comunicacional con el cual interactuó de manera transversal. En el contexto, la rabia la ocupó solo como un medio y no como un fin en sí mismo. Aunque no usa retórica mesiánica, sí habla de la “batalla cultural” que hay dar. Esto justifica ser el topo que debe infiltrarse dentro del Estado, para destruirlo desde adentro y así librar al pueblo argentino de la casta parasitaria que se beneficia de él.
Sin embargo, nada en la vida es perfecto, y aquí surge la duda que muy pocos quieren analizar: ¿Se puede compatibilizar el buen producto de marketing con la presidencia del país? Los antecedentes demuestran que ¡NO! ¿Por qué? Primero porque se da una paradoja para el Topo Milei, ya que su estrategia de performance, se convierte en su principal debilidad a la hora de gobernar.
La retórica de la disolución y la negación de la política como arte de lo posible, choca violentamente con la realidad de un sistema político que no es monárquico y que cuenta con contra pesos como, por ejemplo, el congreso, donde hoy tiene minoría absoluta. El show y la «batalla cultural» funcionan en la calle y en las redes, pero no le sirve para el debate legislativo y la negociación de sus reformas estructurales.
El outsider que dijo a rajatabla que no iba negociar con nadie, hoy se encuentra obligado a pactar con la misma casta que prometió destruir. En diciembre del 2024 cumplió con una de sus promesas económicas, logrando bajar los índices de hiperinflación de un 25% mensual a 2,7 % (VEGA). Sin embargo, el costo para llegar a esta cifra fue el recorte excesivo del gasto público. Si bien muchos argentinos estuvieron dispuestos a este apretón de “cinturón”, hoy el escenario se le complicó al topo, puesto que, a pesar de su efectividad y performance, no dispone de las herramientas más básicas para hacer política. Pero además está atravesando por aguas poco navegables, porque siguen proliferando casos de corrupción donde estaría posiblemente involucrada su propia hermana Karina Milei, el caso de las criptomonedas, entre otros. La consecuencia de estos hechos es evidente incapacidad de entregar gobernabilidad y buena gobernanza; por su parte, la ciudadanía ya está mostrando señales que su paciencia está al límite, ya que los niveles de pobreza no han bajado, y el país se sigue cayendo a pedazos.
El “Peluca Milei” no pierde oportunidad de hablar del gobierno del expresidente, Carlos Menem, a quien elogia con vehemencia por sus políticas económicas liberales (BANYULS). Lo que desconoce el topo es que Menem tuvo apoyo para llevar a cabo sus ideas, a pesar que estas también fueron nefastas, pero pese a todo tenía las habilidades que se necesitan para ser presidente de la Nación, y que hoy Milei desprecia.
¿Qué lecciones debe sacar la oposición argentina? Primero, reencantar al electorado sin polarizar y atacar al topo, ya que este puede argumentar que gracias a los ataques él no puede avanzar y, por lo mismo, la retórica de destruir al Estado cobra fuerza.
Se requiere crear estrategias y volver a hablar de transformaciones, pero sin caer en populismos baratos ¿Cómo debemos mirar como izquierda chilena estos hechos? Simple, como un espejo de realidad donde nosotros podríamos llegar a lo mismo si seguimos con la incapacidad de establecer un relato común y de bases estratégicas para dar la “batalla cultural”.
En conclusión, a pesar la excavación profunda que ha intentando dar el topo infiltrado, este se encuentra en una encrucijada dado que perdió las elecciones provinciales en Buenos Aires, capital de Argentina. Dentro de un par de semanas tendrá nuevos comicios, donde se renovará parte del congreso, y aquí veremos si la performance le ayudará a obtener los escaños necesarios para sacar adelante sus reformas.
Cada minuto que pasa dispone de un margen escaso de credibilidad y confianza a pesar de su increíble capacidad marketera como lo fue el show de rock que concedió el pasado 7 de octubre, queda una pregunta abierta: ¿Un movimiento nacido para dinamitar el Estado puede sobrevivir sin él?
Bibliografía
Demattei, Clara (2023) “5 claves para entender la victoria de Javier Milei en Argentina”. Centro UC estudios Internacionales CEIUC
Vega, Camilo (2024) “Primer año de Javier Milei en Argentina las promesas cumplidas que “nadie imaginaba”. Radio Universidad de Chile
Banyuls, Oliver (2025) “Milei: el Menem que nadie esperaba”. Deutsche Welle




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